PDVSA debe € 739 millones a Repsol por venta de gas y agrava pérdidas al proyecto Cardón IV

La principal inversión en gas natural realizada en Venezuela la asumió la empresa Repsol –junto a la italiana ENI- es en el proyecto Cardón IV en aguas ubicadas frente a la península de Paraguaná, pero los resultados financieros de la empresa española en 2020 indican que debido a los incumplimientos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la situación económica, política y social afronta un deterioro en ese activo,  así como en el que tiene en el área petrolera en la empresa mixta Petroquiriquire.
“El grupo ha reconocido en 2020 provisiones por el perfil de crédito de PDVSA y por el deterioro del entorno de negocios en Venezuela, afectando el valor de los instrumentos de financiación y cuentas por cobrar en un saldo negativo de 70 millones de euros y de las inversiones contabilizadas en un monto también negativo de 5 millones de euros”, indica el informe financiero anual de la compañía.
En el caso específico de Cardón IV, Repsol revela que PDVSA le debe 739 millones de euros por la venta de gas natural, saldo que indica una reducción de 28,4% con respecto a la obligación que acumulaba la empresa venezolana a fines de 2019.
“En Cardón IV, el valor de la inversión se igualó a cero, minorando el valor contable del préstamo otorgado a Cardón IV, cuya saldo neto de deterioro al 31 de diciembre de 2020 asciende a 255 millones de euros”, indica Repsol.
En el caso del proyecto Petroquiriquire, PDVSA acumula pagos pendientes por el orden de 333 millones de dólares que representa una reducción de 37,6% con respecto a 2019 debido a la cancelación mediante crudo que se han entregado cumpliendo con la normativa de las sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos.
“Repsol ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela con pleno respecto a la normativa de sanciones aplicable, incluyendo las normas estadounidenses; y está haciendo un seguimiento constante de su evolución”, señala.

Los efectos del Covid-19

El comunicado de Repsol indica que la empresa durante el ejercicio de 2020  obtuvo un resultado neto ajustado de 600 millones de euros y señala que estuvo marcado por la crisis global provocada por el Covid-19  un pérdida  de 3.289 millones de euros.
“En 2020 hemos afrontado un escenario sin precedentes y puesto las bases del futuro de la compañía. Hemos demostrado de nuevo la solidez de nuestro proyecto, desempeñado un papel de servicio público esencial y ratificado una vez más que somos una empresa útil para la sociedad”, dijo Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. “La industria ha demostrado que forma parte de la columna vertebral de la economía española y es uno de sus principales motores. Como tal, su papel en la recuperación de la crisis es fundamental, como también lo es para contribuir a un mundo más descarbonizado, usando todas las tecnologías disponibles”, acotó.
Indica el documento que Repsol en marzo del año pasado puso en marcha lo que llamó Plan de Resiliencia, el cual estableció una hoja de ruta específica para reforzar la generación de caja y fortalecer el balance a través de la aplicación de estas medidas para generar un flujo de caja libre positivo por el orden de 1.979 millones de euros para todo el año; y dentro de esas medida se redujo la deuda neta en 28% para ubicarla en 3.042 millones de euros.
“El éxito de las medidas implantadas, unido al inicio de la recuperación de la demanda y de los precios de los productos, se hizo más evidente en el cuarto trimestre del ejercicio, en el que el resultado neto ajustado se situó en 404 millones de euros, similar al del mismo periodo de 2019”, puntualiza.