El informe de la EIA sugiere que debido a la precaria situación económica, política y social del país, es poco probable que la producción de gas natural se vuelva una prioridad para el gobierno.
El más reciente informe de la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés) sobre Venezuela indica que la producción de gas natural del bloque Cardón, operado por la española Repsol y la italiana ENI, alcanzó un volumen por el orden de 550.000 pies cúbicos diarios en el primer cuatrimestre de 2018, un crecimiento de 12,24% con respecto al promedio de 2017. Estas cifras convierten a este proyecto en el único logro en materia de hidrocarburos que se anota el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Cardón IV es una explotación gasífera costa afuera al occidente de la península de Paraguaná, que comenzó sus operaciones en 2015 luego que las compañías Repsol, YPF y ENI descubrieran 6 trillones de pies cúbicos de gas recuperable, uno de los hallazgos más grandes en la historia del país.
Sin embargo, en otras partes del informe los datos no son tan alentadores.
Como el 90% de las reservas de gas natural de Venezuela son asociadas, es decir, que se hallan en el mismo lugar de las reservas de crudo, el gobierno ha planeado desde hace tiempo aumentar la producción de gas natural no asociado, principalmente a través del desarrollo de sus reservas mar adentro. Sin embargo, los planes han sido demorados por falta de capital e inversión extranjera.
El informe de la EIA, citando reportes de la firma consultora IPD Latinamerica, indica que para atraer capitales foráneos, el gobierno entregó 18 licencias para producción y exploración de gas natural a compañías privadas, pero actualmente solo operan cinco (incluidas tres en donde Pdvsa es un socio menor) y la producción alcanzó un nivel de 860.000 pies cúbicos diarios de gas natural, a principios de 2018.
Entre las compañías que participan en proyectos de gas natural en Venezuela están: Belarusneft, Eni, Repsol, Total, Inepterol e Inpex.
Según la EIA, Venezuela tenía 203 trillones de pies cúbicos de reservas probadas de gas en 2017, lo que lo convierte en el segundo país con las reservas más grandes del continente americano, por detrás de Estados Unidos y el octavo del mundo.
En 2016 Venezuela produjo 3,3 billones de pies cúbicos por día y consumió 3,4 billones de pies cúbicos de gas natural, un déficit de 2,94%.
Según datos de IPD Latinamerica, se estima que solo el 12% del gas natural de Venezuela lo produjeron compañías privadas por medio de licencias no asociadas. Casi todo el resto de la producción de gas natural fue asociada con el petróleo de PDVSA o compañías mixtas.
El informe detalla que con su enfoque tradicional en petróleo crudo, Venezuela no ha incentivado lo suficiente la producción de gas. Como resultado, a pesar de las considerables reservas y relativos riesgos geológicos menores, la producción de gas natural se ha quedado atrás del consumo doméstico por más de una década.
Según datos publicados por la empresa noruega Rystad Energy, en 2017 más del 38% de la producción total de gas natural fue reinyectada para incrementar la producción de petróleo crudo. Debido a la disminución en la producción de campos maduros de petróleo, el uso de gas natural para reforzar la extracción de crudo ha representado más del 40% del total de la producción, por lo menos desde 2004. La porción de gas reinyectado alcanzó su pico en 2009 con 60%.
Como el gas natural se vende actualmente a un precio regulado, y a menudo por debajo de su costo, la producción de gas natural no es económicamente viable para PDVSA, que compra gas natural a productores a precio de servicio y lo vende en el mercado doméstico a un precio controlado por el gobierno.
El informe de la EIA sugiere que debido a la precaria situación económica, política y social del país, es poco probable que la producción de gas natural se vuelva una prioridad para el gobierno.
PUBLICADO: 27 de junio de 2018
