El Mundo de la Energía
Miércoles 25 Diciembre 2024 02:02:13 PM

Brasil y Guyana a mediano plazo pueden reemplazar el espacio que deja el petróleo ruso en EEUU

Hernández: ”Ahora en el Congreso de los Estados Unidos se está hablando de propuestas como la de impuesto a las ganancias extraordinaria” (Foto Baker Institute)

Por Andrés Rojas Jiménez

En América Latina hay cinco países productores de petróleo que aspirarían elevar sus despachos de crudo y combustibles hacia Estados Unidos tomando en cuenta las sanciones que se le impusieron al petróleo ruso. Estos países son Brasil,  Colombia, México, Ecuador y Guyana debido a que Venezuela no se le toma en cuenta porque tiene cerrado el mercado estadounidense.
La posibilidad no está en el corto plazo, que sería el deseo del gobierno de Joe Biden,  y solo sería dos los que tendrían capacidad de atender el vacio que queda con los despachos procedentes de Rusia. 
“América Latina tiene una capacidad de respuesta limitada porque no tiene mucha capacidad instalada ociosa para responder. Rs más de mediano plazo y en este caso la posibilidad de sustitución viene más de países como Brasil y Guyana”, afirma el economista y docente del IESA,  Igor Herández, quien está cursando estudios de doctorado en economía en el Instituto Baker de la Universidad de Rice en Houston.

-¿Es cierto afirmar que Rusia se quedó con el mercado petrolero que tenia Venezuela en Estados Unidos hasta el momento que se impusieron las sanciones en enero de 2019?

-Los datos del Departamento de Energía indican que la mayoría de los refinadores de los Estados Unidos a partir de 2019 empezaron a sustituir crudo venezolano, que estaban por el orden de los 600.000 barriles diarios y una parte de esas importaciones desde Venezuela ahora se hacen desde Rusia, pero se debe hacer una caracterización porque esas importaciones se corresponde a productos que no están terminados sino que son una serie de productos que vienen de las refinerías y que por su composición podían ser un sustituto para los de Venezuela. Tras el conflicto en Ucrania se quiere revertir esos flujos. Por tanto, de los 600.000 barriles diarios que Venezuela exportaba a Estados Unidos, entre 450.000 y 500.000 barriles fueron sustituidos por Rusia durante estos tres años.

-Tomando en cuenta que Estados Unidos es el principal productor del mundo, ¿qué peso pueden tienen las importaciones procedentes de Rusia?

-Para el caso de Estados Unidos, Rusia representaba muy poco de sus importaciones. Estamos hablando cerca de 3% y lo que está hablando es de especificaciones puntuales de las refinerías del golfo pero en cualquier caso Estados Unidos podría en alguna medida reemplazar parte de este crudo con una oferta existente de Canadá porque existe una capacidad en los oleoductos pero no sería una respuesta significativa en el corto plazo pero sí en el mediano y largo plazo. Por otra parte, en los próximos meses vamos a ver un ambiente de precios del petróleo alto y un incremento en la actividad petrolera de Estados Unidos y eso ya lo están reportando las empresas de servicios. A finales de año, ya las refinerías podrán estar reemplazando parte de la demanda de crudo ruso y eso no impactará significativamente el mercado estadounidense si lo vemos a mediano plazo.

-¿Cómo queda la oferta electoral de energías limpias y renovables que hizo Joe Biden durante la campaña electoral?

-Hay que tomar en cuenta que sí existe capacidad por parte de las empresas estadounidenses para elevar producción por el simple hecho de que se ha acumulado una cantidad de efectivo que probablemente este en línea para desarrollar nuevas inversiones. Creo que la administración Biden tiene que mandar señales muy claras en términos de cuál va a ser el futuro de la industria petrolera en Estados Unidos y eso en acciones más especificas respecto a concesiones permisos para operar en la industria, sobre todo para ver qué posibilidades hay para desarrollar nuevas reservas. El otro punto fundamental para la administración Biden es manejar el tema de precios y tratar de coordinar de alguna manera un incremento en la oferta global porque al final el tema de la gasolina y el precio del crudo se determinan en un mercado global a diferencia de lo que ocurre en el caso del gas natural.

-¿Con qué países se dar esa coordinación?¿Arabia Saudita?

-Creo en la necesidad de una respuesta coordinada en términos de lo que puedan hacer es con los países del Medio Oriente y eso será muy importante, pero insisto en que deben darse señales muy claras en términos de cuáles son las oportunidades que le quedan a la industria estadounidense para incrementar su producción a mediano plazo.

¿Quiere decir que la administración Biden no ha definido cómo queda su oferta electoral en materia energética y qué pasará con el sector petrolero tomando en cuenta la demanda que existe en la actualidad?

-Al final lo que estamos viendo es que la idea de hacer un empuje tan ambicioso, como lo que se esperaba al principio para sustituir la generación de electricidad, más hacia el uso de fuentes renovables quitándole el foco a la parte petrolera no tiene sustento desde el punto de vista de seguridad energética y por eso se habla ahora de hacer una transición más lenta. Por eso la administración Biden ahora está enviando un mensaje un poco más conservador en términos de cuánto se puede incentivar la inversión en el caso de petróleo y gas. En este momento están tratando de resolver o tratar de responder a las circunstancias del momento y desde el punto de vista del Departamento de Energía todavía hay preguntas en lo que se refiere al otorgamiento de concesiones y permisos para operar, qué hacen falta para saber lo qué pasará con la producción. Por el momento creo que la oferta de Estados Unidos estará limitada y en ese sentido todavía hay una respuesta de política que debe ser concertada con los actores energéticos, incluyendo las empresas petroleras. Eso fue lo que se vio en la Conferencia de CERA Week hace dos semanas con el fin de hacer un nuevo acercamiento del sector petrolero para evitar este impacto en precios que estamos viendo.

-¿Es como una especie de recule o rectificación de la administración Biden?

-Digamos que sí. Incluso, ahora en el Congreso de los Estados Unidos se está hablando de propuestas como la de impuesto a las ganancias extraordinarias, como se tuvo en algún momento en Venezuela, pero todavía este tipo de políticas son para que los recursos se distribuyan de nuevo, afrontar el consumo de gasolina y mitigar el efecto de los precios altos, pero esta idea tiene el problema que de aprobarse podría reducir los incentivos a la inversión.

-Tomando en cuenta que Venezuela mantiene las sanciones que le impiden exportar hacia Estados Unidos, ¿hasta qué punto la oferta de crudo de México, Colombia, Ecuador, Brasil o Guyana  pueden cubrir o remplazar la oferta de crudo y refinados de Rusia?

-La respuesta de América Latina es más de mediano plazo y en este caso la posibilidad de sustitución viene más de países como Brasil y Guyana, sobre todo este último cuando entren en operación. La incertidumbre en este caso está dada por lo que ocurra en los próximos seis a ocho meses. América Latina tiene una capacidad de respuesta limitada porque no tiene mucha capacidad instalada ociosa para responder a este incremento de precios. Además, creo que el proceso de licitaciones que se ha dado en Brasil y lo que se está dando en Guyana le da unas posibilidades de incremento en los próximos dos años.

-¿Qué pasa con México?

-Algunos de los proyectos cuyos permisos se habían dado en el marco de la reforma energética probablemente entren en operación durante el próximo año y medio o dos años, pero en este caso todavía hay que ver dónde está la capacidad instalada o la capacidad ociosa pero en este caso es más viendo la oferta que corresponde al mecanismo de la OPEP+ sin Rusia.

-¿En el estado de Texas cuánto se pagaba por el litro o el galón de gasolina a principios de año y cuál es el precio ahora?

-El promedio estaba entre 1,5 y 1,6 dólares por galón, precio que responde a un rezago de la pandemia y ahora estamos viendo precios por encima de 4,2 dólares por galón, es decir, es un incremento de 2,5 veces a lo que vimos como promedio durante el año pasado. Ese impacto en los precios del crudo y de rezago en el mercado de la gasolina se corresponde al de hace tres o cuatro semanas. Dependiendo de lo que ocurra durante los próximos meses, en el caso del crudo es posible que el precio de la gasolina se mantenga durante los próximos meses. Lo que sí es cierto es que el precio del combustible se ha vuelto sumamente costoso.

-Por parte del consumidor de los Estados Unidos mayor a 50 años, la actual coyuntura tiene referencia a los efectos del embargo petrolero que se dio debido a la Guerra del Yom Kippur en 1973

-Esa crisis del Yom Kippur lo que se recuerda más de este tiempo fue la escasez de petróleo que se dio debido al embargo como las colas para cargar gasolina.       

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PUBLICADO: 22 de marzo de 2022
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