El Mundo de la Energía
Jueves 26 Diciembre 2024 01:04:10 AM

“A PDVSA le aumentan las dificultades para mantener los negocios con el Estado ruso”

Ramírez: “La respuesta de Maduro, es más de lo mismo, es decir, más subordinación a Rusia y acompañamiento con una posición absolutamente desequilibrada”

Por Alexander Uzcátegui y Andrés Rojas Jiménez

El 24 de febrero de 2022 el ejército ruso inició una acción militar para ocupar  Ucrania, un conflicto bélico de dimensión mundial en que el sector de los hidrocarburos está involucrado y no a escapado de verse afectado por el respunte en los precios del petróleo y gas natural.  El equipo de Petroguía conversó con el internacionalista Kenneth Ramírez, experto en materia energética, sobre las respuestas que pueda dar el presidente ruso Vladimir Putin y los efectos que la coyuntura representa para la administración de Nicolás Maduro y la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)

-¿Qué puede esperarse que ocurra en el sector petrolero mundial con este conflicto? ¿Solo un alza en los precios del petróleo y del gas natural o también es factible de que por parte de Rusia se llegue al corte de los suministros de gas hacia Europa? 

-Los escenarios se están moviendo mucho. En una llamada telefónica, Putin le informó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, que mantendrá sus objetivos si no le ceden Ucrania, al final lo hará por la vía militar.
Esto nos demuestra la determinación de Putin con sus objetivos en Ucrania por lo que hemos conocido en la mesa de negociaciones de Minsk, la capital de Bielorrusia, donde se posición es el reconocimiento por parte de Ucrania de la ocupación de la península de Crimea y que se acepte lo que él llama la desnazificación, que evidentemente no se corresponde con la realidad y más bien se trata de la instalación de un gobierno títere en Ucrania, que al menos sea neutral.
Un ayudante que presenció la conversación señaló que incluso Putin estaría dispuesto a tomar toda Ucrania, siguiendo la idea de un Estado-civilización, que quiere construir para reunificar Rusia con Bielorrusia y Ucrania y que incluso ya estaba previsto en las enmiendas constitucionales que se hicieron en 2020.
Si la guerra se termina empantanando o estancando,  Putin estaría obligado a usar otros instrumentos. En la medida en que Putin observe que no se están cumpliendo sus objetivos, que la guerra se estanca, recurrirá a otras herramientas como un posible recorte de suministros de gas a Europa, sobre todo si percibe que ese estancamiento responde a una resistencia del gobierno ucraniano gracias a las armas y el apoyo militar y financiero que le suministra Europa. Evidentemente eso dispararía aún más los precios del petróleo y del gas, que ya son altos y terminaría afectando toda la economía mundial.
Este sería un escenario de última instancia que tendría Putin en sus manos porque ya está recibiendo un castigo por sanciones, aunque las exportaciones de gas y petróleo han sido excluidas, si recorta producción dejaría de percibir esos ingresos que son necesarios como tesoro para mantener la guerra.
Por tanto, un posible recorte de gas o incluso de petróleo estaría previsto solo en los peores escenarios como sería que no haya avance de Putin en el conflicto ucraniano.

-Hay analistas que señalan que la exclusión del sector de los hidrocarburos del conflicto le permite a Putin continuar con la ocupación de Ucrania. ¿Comparte ese criterio o cree que las sanciones impuestas son suficientes para presionar al Kremlin?

-Las sanciones que se han impuesto a Putin le causan castigo, pero difícilmente podrán disuadirlo porque él las preveía. 
Las sanciones no pueden ir hacia el sector energético por una situación muy elemental, hay una fuerte interdependencia entre las economías de Europa y de Rusia. El grueso de las exportaciones de Rusia se dirige a Europa y esto hace que no puedan sancionar el gas porque no hay disponibilidad en el mercado de otros suplidores alternativos.
Las autoridades de Estados Unidos conversaron con las de Qatar y otros países para ver si podían encontrar algunos suplidores alternativos para los mercados europeos y encontraron que el mercado gasífero está bastante corto, no hay posibilidades, entonces tienen que dejar por fuera estas medidas que podrían afectar las exportaciones de gas.
Por otro lado, al afectar el sector petrolero, se genera un efecto rebote que es el aumento de los precios de la gasolina, como estamos viendo y que ya eran elevados en Europa y Estados Unidos antes de la ocupación militar que comenzó el pasado 24 de febrero.
La administración de Joe Biden ha coordinado con los países europeos la liberación de reservas estratégicas de petróleo en el marco de la cooperación que existe en la Agencia Internacional de Energía para tratar de que los precios bajen y reducir el impacto al consumidor final. Por eso es que las sanciones no pueden ser dirigidas hacia esos sectores que son clave para los ingresos de Putin.
Ahora sí pienso que las sanciones se quedan cortas y no van a disuadir a Putin que está bastante determinado a someter a Ucrania y a llevarla a su zona de influencia, siguiendo una idea que él ha venido construyendo desde el 2014, que denomina “El Mundo Ruso”, donde él considera que Rusia debe buscar la unidad con Bielorrusia y Ucrania y construir un Estado-civilización.

-Luego que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos aprobó las sanciones a bancos rusos, varias empresas petroleras transnacionales se unieron a una especie de sanción energética a Rusia. Exxonmobil, Shell, BP y ENI anunciaron la suspensión de varios proyectos en ese país, pero Total de Francia no se ha unido. ¿Qué efecto puede tener ese retiro?

Eso ha sido bien interesante. ENI por ejemplo tenía una participación menor en el sector energético ruso en el gasoducto Blue Stream y dijo que la va a poner en venta. Exxonmobil y BP tenían proyectos importantes de gas, incluso había alianzas con Rosneft y Gazprom que se deshicieron. Los casos de Shell y BP también responden a la nueva política de ir más allá del petróleo, es decir, convertirse en empresas energéticas con más acción que la petrolera. Por su parte, Exxonmobil, está observando que su participación en el sector ruso también puede ser objetivo de una posible retaliación y es preferible en consecuencia empezar a preparar las maletas.
Algo que ha sido llamativo es que todas estas empresas se han levantado a la vez. Es bueno recordar que las empresas internacionales siempre han sido muy cuidadosas en el caso de Irán y previendo las sanciones occidentales de los gobiernos contra Rusia comenzaron a retirarse.
En lo que respecta a Total, está en línea con el hecho de que Francia trata de mantener un equilibrio y ser el interlocutor en Europa. Francia ha tenido el perfil más alto con el presidente Macron para tratar de mantener abierto el canal diplomático. Eso quizás también explicaría por qué Total todavía no ha tomado una decisión de retirarse.
Se ha especulado sobre la posibilidad de que en vez de imponerle sanciones a Rusia, al sector energético y a las exportaciones, como castigo se le haga al equipamiento y la tecnología para erosionar la capacidad de la industria rusa a largo plazo.
Pero insisto en señalar que las sanciones se quedan cortas.  Rusia viene con una estrategia de fortalecer su autarquía y tiene 630.000 millones de dólares en fondos soberanos y reservas internacionales. Rusia se venía preparando para este escenario y además ha aprobado el uso de criptomonedas y ha fortalecido los vínculos con China.

-Luego que se dio la invasión, el presidente Nicolás Maduro tardó un par de días en fijar una posición aunque era previsible el apoyo a Rusia. Tomando en cuenta el escenario de sanciones de Estados Unidos que ya tiene Venezuela. ¿Cabe esperar nuevas sanciones contra el sector petrolero venezolano por este apoyo directo a la acción militar de Putin en Ucrania?

-Yo no veo que impongan más sanciones, con las que ya tiene son bastante importantes. Lo que podría complicarse aún más son las posibilidades de hacer negocios financieros. Hemos visto que muchos bancos rusos han salido del sistema financiero internacional con estas sanciones y eso hace que algunas transferencias y esquemas financieros que se hayan aprobado estén vedados en este momento.
Debido a la opacidad que vemos en la administración de Maduro, no sabemos con exactitud qué está ocurriendo. Algunos dicen que se estrecha más el cerco debido a las restricciones que se generan en la comercialización del petŕoleo por efecto de la banca sancionada de Rusia, por tanto pienso que nuevas sanciones no añadiría más ventajas a lo que ya se ha hecho con Venezuela.
Hay que recordar que el sector petrolero ha sido hasta ahora exceptuado. Hay unos bancos de Rusia que todavía pueden hacer transacciones normales para comercialización de petróleo y gas; y Rusia se ha cuidado mucho de evitar contactos que puedan ser nocivos, tomando en consideración las sanciones que tenía Venezuela. Por ejemplo, vimos como Rosneft se retiró oficialmente del país a mediados de 2020.
Yo lo que sí veo es que ahora a PDVSA le aumentan las dificultades para continar haciendo y matener negocios con el Estado ruso . Primero lo vimos con la retirada de Rosneft, que fue y es un impacto negativo. No obstante, la actual situación tiene un impacto positivo cuando se ve el aumento de exportaciones gracias a los “swap” o canje de crudo que se han hecho con Irán, que en el mes de febrero le permitió a PDVSA exportar 730.000 barriles diarios de petróleo, según el reporte de la agencia Reuters.
En este momento, ese aumento de exportaciones puede encontrar clientes con mucho más facilidad y una rentabilidad mejor a las tenidas en el pasado porque algunas empresas por temor a sanciones están evitando comprar petróleo ruso, y eso le abre ciertas oportunidades a Venezuela, a pesar de las sanciones. También puede haber un impacto positivo para Venezuela a través de precios.
En cuanto a la respuesta de Maduro, es más de lo mismo, es decir, más subordinación a Rusia y acompañamiento con una posición absolutamente desequilibrada que incluso contrasta con la de otros países como China o Cuba, lo que demuestra la dependencia que tiene para tratar de sobrevivir con ayuda de Rusia.

-¿La posición de Nicolás Maduro de apoyar abiertamente a Vladimir Putin cierra toda posibilidad de que la administración Biden levante las sanciones contra el sector petrolero venezolano?  

-Esa posición tan subordinada de Maduro de asumir este apoyo a Rusia, también se debe al escenario que asomó el vicecanciller ruso Serguéi Riabkov a finales del mes de enero cuando habló de la posibilidad de crear una segunda crisis de los misiles en Venezuela, como la que ocurrió en Cuba en 1962.
Los cálculos que se están haciendo en el Palacio de Miraflores (sede del Gobierno venezolano) tienen que ver con la posibilidad de que eso se repita. Aquella crisis de los misiles terminó sin consultarle a Fidel Castro, que era una pieza menor, lo que lo enfureció. De allí que Cuba ahora se muestre muy cauta en responder las declaraciones del vicecanciller Riabkov.
En aquella oportunidad, la crisis terminó con la retirada de los misiles y con unas garantías que se le ofrecieron a la Unión Soviética de que Estados Unidos no intervendría en Cuba.  Esto terminó consolidando al régimen cubano, que sabía que no habría una segunda intervención militar en la bahía de Cochinos y pasaría directamente a estar bajo la influencia soviética.
Si se repite una segunda crisis de los misiles en Venezuela, Miraflores cree que termine obteniendo una garantía de seguridad de que Estados Unidos no va a amenazar al régimen de Maduro y en consecuencia se pueda consolidar.

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PUBLICADO: 06 de marzo de 2022
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