El Mundo de la Energía
Miércoles 25 Diciembre 2024 03:21:58 PM

"Perversos subsidios: Políticos estadistas vs populistas"

Por Alvaro Ríos Roca / Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin America

Los subsidios prolongados a los energéticos acaban siendo desmesuradamente perversos para las economías y las sociedades. A través del tiempo, sucesivos gobiernos del planeta y de la región, mayormente de corte populistas, han instaurado y/o conservado subsidios, algunas veces con muy sensibles y nobles intenciones, pero las más de las veces en mero afán de votos y de tratar de mantenerse en el poder.
Estos subsidios pasan factura tarde o temprano y lo hacen naturalmente cuando los precios del petróleo y de la energía en su conjunto están elevados en el contexto internacional. No es el caso que nos toca vivir actualmente y es por esto que es el momento de quitarlos progresivamente como explicamos más adelante.
Sufren las economías de los países porque ven desangrar sus arcas, las empresas estatales colapsan y el déficit fiscal se eleva como espuma. Cuando toca realizar ajustes y levantar subsidios, los ciudadanos y los empresarios no están preparados para recibirlos de golpe y se producen crisis sociales, políticas e institucionales muy profundas.
Los subsidios a los energéticos también fomentan ineficiencia y pérdida de competitividad en el largo plazo. Cuando se mantienen artificialmente precios bajos, nadie valora o preserva y el consumo es desmesurado. No hay señal para tomar la eficiencia energética con seriedad y la dilapidación es el derrotero. Como decía un argentino: “abran la ventana ché que está muy caliente acá, eso cuando se calentaba con precios de gas irrisorios”.
Los que más se favorecen de los subsidios son los ricos y acaudalados. Las familias con dos o tres o más vehículos, los que viajan constantemente, los que tienen piscinas calefaccionadas y muchos otros placeres de alto consumo energético. Por ende, el que menos tiene, el que anda a pie, en bus, en metro, que mora en una humilde habitación, termina subsidiando al que más recursos económicos tiene.
Fuertes subsidios a la energía por prolongados periodos también llevan a desabastecimientos como es el caso de Venezuela y Argentina. Se ahuyentan inversiones en generación de energía eléctrica y exploración de hidrocarburos y finalmente se termina importando. Los servicios públicos de transporte y distribución se deterioran y no se expanden en detrimento de sus ciudadanos. Tampoco permite el ingreso en competencia de nuevas y eficientes tecnologías como es el caso ahora de la energía solar o eólica.
Muchos agudos estudiosos populistas aducen que sostener precios de energía subsidiados son alicientes para el desarrollo y crecimiento económico. Esto no es cierto. Por ejemplo, países como Chile, Perú, Paraguay, Uruguay, Costa Rica y otros que no han practicado subsidios, han liderado y siguen liderando crecimiento económico y mayor estabilidad social en la región. Sus ciudadanos y empresarios se han acostumbrado y adecuado a las  fluctuaciones de los precios de la energía.
Mientras observamos a los venezolanos pagando hoy en día la gasolina más cara del planeta en el mercado negro (12 dólares por galón o 3 dólares por litro) porque la misma no existe. Recordemos también hace unos años a Argentina importando el gas natural más caro del planeta a 18 dólares por un millón de BTU.
Creemos sinceramente que es el momento propicio para sincerar los precios de la energía ahora que los precios internacionales lo permiten. Un gobierno con estadistas lo haría sin pensar dos veces, como lo desea intentar hacer el ministro de Ecuador apoyado por su presidente Lenin Moreno. De veras le deseamos el mayor de los éxitos porque sería un paso adelante para el mediano y largo plazo de su economía y del país en su conjunto.
Los países que aún mantienen profundos subsidios como Argentina y Bolivia por ejemplo deberían pensar en que es el momento ideal ahora que tenemos y tendremos precios de petróleo y de energía muy bajos por unos buenos meses más. Se podría idear por ejemplo un sistema de flotación de precios con bandas piso y techo de protección y mucho más.
Para finalizar. La gran diferencia es que los políticos populistas son cortoplacista y solo miran a la vuelta de la esquina, porque no les interesa el país y solo mantenerse en el poder. Políticos estadistas son aquellos que su preocupación no radica en buscar reelección o mantenerse en el poder y por el contrario miran el largo plazo y lo mejor para su país. En caso no nos crean pregúntenles a los venezolanos y argentinos sobre este importante tema.
Usted siempre tiene la última palabra querido lector.


PUBLICADO: 09 de junio de 2020
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