Por Luis Xavier Grisanti / Presidente de la Asociación Venezolana de Hidrocarburos (AVHI)
La industria petrolera venezolana está de luto por el fallecimiento de uno de los geólogos más respetados del país: Aníbal Rafael Martínez Navarro (1927-2019). Académico comprometido, honesto servidor público, acucioso investigador, admirado profesor universitario, entusiasta promotor cultural, calificado consultor de empresas, historiador aplicado y prolífico autor de una vasta obra de libros y ensayos sobre energía, geología, petróleo y gas natural, Aníbal R. Martínez ha pasado a formar parte del elenco de hombres de Estado que dejaron huella fecunda en el desarrollo productivo y eficiente de la industria venezolana de los hidrocarburos, como Gumersindo Torres, Luis F. Calvani, Manuel R. Egaña, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Arturo Hernández Grisanti, Alirio A. Parra, Brígido Natera, Guillermo Rodríguez Eraso y Rafael Alfonzo Ravard, por mencionar sólo unos pocos.
Egresado de la Universidad Central de Venezuela (1949) y Magister en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, el joven margariteño se inició y se formó como geólogo petrolero en la Creole Petroleum Corporation (Esso, 1950-1961) y prosiguió su carrera profesional en el venerable y desaparecido Ministerio de Minas e Hidrocarburos y en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). En 1972 fundó la firma consultora Geolimar, de la cual fue su presidente. Formó parte de la Comisión Presidencial de Reversión (1974-1975) y como tal fue corredactor de la Ley de Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos (1975).
Conocedor a fondo de la geología venezolana, Martínez se desempeñó como vicepresidente del Instituto Tecnológico Venezolano del Petróleo (INTEVEP, 1972-1975), asesor de PDVSA (1984-2002) y miembro del Consejo Nacional de Energía, el Consejo Venezolano de Investigaciones Científicas (CONICIT) y la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). Profesor de la UCV, la Universidad Simón Bolívar, la Universidad de Cuenca (Ecuador) y la Universidad de Keel (Inglaterra), se destacó como fundador-presidente del Frente Pro-Defensa del Petróleo (1969), desde donde desplegó durante décadas una notable labor a favor de la protección de los derechos soberanos de Venezuela sobre sus recursos de hidrocarburos. Fue también director y presidente de la Asociación Pro-Venezuela (1993-1994) y miembro de la Sociedad Venezolana de Geólogos (SVG) y de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP).
Su prestigio profesional traspasó las fronteras del país: director y presidente alterno del Congreso Mundial de Energía (WEC, 1962-2005), fundador de la Asociación Internacional de Energía del Hidrógeno (IAHE, 1974) y miembro (Fellow) del Instituto de Petróleo de Gran Bretaña, de la Comisión de Petróleo y Gas de las Naciones Unidas, de la Asociación Internacional de Historia de la Geología (INHIGEO) y de la Asociación Norteamericana de Geólogos Petroleros (AAPG). Sus 19 libros le acreditaron como uno de los geólogos más calificados a nivel internacional, destacando entre sus trabajos su contribución a la Nomenclatura y definiciones para uso de reservas y recursos de petróleo. Su Cronología del petróleo venezolano es la obra más completa en su ramo, sin dejar de mencionar sus publicaciones sobre la Faja Petrolífera del Orinoco.
No fue menos encomiable su aporte a la cultura y las artes: cofundador de la Emisora Cultural de Caracas (1975), presidente de la Sociedad Sinfónica de Maracaibo (1958-1960), coordinador del Programa Música para Bolívar de la Corporación de Desarrollo del Zulia (Corpozulia, 1979-1984) y presidente de la Fundación Aguerrevere del Colegio de Ingenieros de Venezuela (1994-1999).
Si a este cronista se le permite una anécdota que da cuenta de su rigurosidad técnica y curiosidad intelectual, cuando creamos la Asociación Venezolana de los Hidrocarburos (AVHI), en 2003, el veterano Individuo de Número de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat nos llamó para indagar sobre su objeto social y misión, pidiéndonos precisar la fecha exacta de su fundación: 30 de abril de 2003. Desde entonces Aníbal R. Martínez siempre mostró interés por nuestro trabajo en favor del rol positivo de las empresas privadas, nacionales e internacionales, en el desarrollo sustentable de la industria nacional de los hidrocarburos, incluyendo sus numerosos programas de inversión social.
Profundamente venezolanista y ejemplar padre de familia, don Aníbal descolló por su carácter tolerante, afable, amable y caballeroso; pero también por su arraigada vocación científica y sus sólidas convicciones éticas y profesionales. Es frecuente señalar que ya Venezuela no produce seres humanos de su talla, y en su caso, es justo reconocer que es así. Desde esta tribuna nos atrevemos a proponer que el INTEVEP o algún instituto de educación de su natal Margarita sean bautizados con su nombre. Descanse en paz, Maestro.
PUBLICADO: 03 de septiembre de 2019