Alvaro Ríos Roca / Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin America
La mañana del jueves 26 de marzo, como es costumbre, comenzábamos a escribir la entrega mensual y pensábamos hacerlo sobre la analogía y paralelismo existente entre los subsidios a los energéticos practicado en varios países latinoamericanos y el coronavirus, y lo que es políticamente correcto y lo que es económicamente correcto. Lo dejare para la siguiente entrega.
A media mañana, nos enteramos de la contundente acción tomada por el gobierno de Estados Unidos para ponerle un precio de 15 millones de dólares a la cabeza de Maduro y por supuesto al dictatorial régimen que lo acompaña por vinculaciones directas con el narcotráfico y con la transnacional del crimen organizado. Muchos otros estarán observado agazapados y tal vez asustados.
Trump, en su más puro estilo pragmático de gobernar, que por supuesto no gusta a muchos dentro y fuera de su país, lanza esta medida contra Maduro con el objetivo de darle una estocada final y en momentos muy particulares.
Los precios del petróleo se desploman en 44% en los últimos doce meses por la predicción de reducida demanda (fruto del virus) ante las restricciones a la actividad económica, y sobre todo al movimiento de vehículos privados, aviones comerciales, cruceros y otros en varios países del mundo. A esto se suma la decisión de Arabia Saudita y Rusia de no pactar menor producción para elevar los precios. Tormenta perfecta por el momento para el sector de hidrocarburos y para impactar a los frackers en Estados Unidos.
Estos frackers de petróleo shale en Estados Unidos resultan los más perjudicados por los bajos precios, debido a que muchas áreas (sweetspots) no cubren costos de producción a estos precios de 20 a 30 dólares por barril para continuar frackeando la roca y mantener y/o elevar producción.
En el otro lado del espectro, los costos en Arabia Saudita y Rusia se cubren sin problema o ya están cubiertos por la producción de petróleo convencional y sus largos plateaus de producción sin problema. Esto no implica que las arcas estatales de estos dos países no sufran. Lo hacen y mucho pero ya tomaron la decisión. Los muy liberales texanos republicanos, y que son impulsores del fracking, respaldan la mayoría de las políticas de Trump y los precios bajos del petróleo los tiene muy preocupados y en particular a las miles de empresas que realizan la actividad.
Vamos entonces a coincidir que la estocada de colocar precio a la cabeza de Maduro y su régimen viene acompañada de premisas básicas para hacerlo. Veamos.
Primero se golpea a Maduro y su régimen cuando los ingresos de su casi única fuente de exportación se desploman notablemente. Si hacemos historia los ingresos aproximados por exportaciones de petróleo en Venezuela son: 41.900 millones de dólares en 2009, 53.000 millones en 2014, 18.700 millones en 2019 y 7.400 millones de dólares a los precios actuales proyectados. Y eso que las cifras del 2019 y actuales son aun menores por las sanciones impuestas por Estados Unidos y por tener que triangular con los precios. Como vemos el régimen de Maduro esta sin oxígeno económico.
En el entorno de incertidumbre en la economía mundial por la guerra comercial, de guerra de precios de petróleo y del pánico por el virus, es que los aliados fuertes de Venezuela, en particular Rusia, Irán y China no tienen foco para concentrar en defender a Maduro y entregarle recursos frescos que lo dejen respirar y que tal vez jamás vuelva a ver. Es decir un buen timing para la estocada.
¿Caído Maduro, es el objetivo final no es cierto? ¿Será Guaido o algún otro opositor que tome las riendas del país y del sector petrolero? Sin lugar a ninguna duda, por la pésima y corrupta gestión en PDVSA, se puede levantar producción y mejorar eficiencia con la participación de empresas privadas y con costos de producción similares a los de Arabia y Rusia. ¿Puede ser no? Además Maduro ya venía privatizando y cediendo bajo la mesa a empresas privadas. El interés económico de la estocada.
Finalmente no olvidemos que la campaña en Estados Unidos entra en fase final en breve y nada mejor para Trump y sus seguidores, y también millones de indecisos que poder detener y sacar del poder a un supuesto narco dictador que está muy cerca de sus fronteras. El interés político para la estocada.
PUBLICADO: 27 de marzo de 2020